El pueblo francés en pie de guerra

Hace más de dos siglos, el 14 de julio de 1789, el pueblo francés tomaba la fortaleza medieval de La Bastilla, dando comienzo oficial a la Revolución Francesa, que a la postre se extendería por toda Francia y acabaría con el antiguo régimen y el absolutismo de Luis XVI. La toma de La Bastilla fue resultado de un estallido social sin precedentes tras la destitución del ministro de finanzas Jacques Necker, afín al "Tercer Estado" y, por tanto, al pueblo. Sin embargo, toda una revolución social que a la larga cambiaría la superestructura política y social de Europa no puede explicarse por una simple destitución; esto solo fue el detonante. La causa real era un régimen en bancarrota incapaz de mejorar la mísera vida del pueblo, mientras una pequeña camarilla de aristócratas vivía en la más inmoral opulencia, absolutamente desconectada de la realidad que el pueblo vivía. Hace más de dos meses empezaron las huelgas y manifestaciones en Francia por la reforma de las pensiones, que aumenta el número de años a cotizar para tener pensión completa y la edad mínima de jubilación de los 62 a los 64 años. El gobierno presidido por Emmanuel Macron ha impulsado la reforma de las pensiones a través de poderes constitucionales especiales, para de esta forma saltarse el voto en la Asamblea Nacional, en la cual no tiene mayoría. Esto ha recrudecido el estallido social en las últimas semanas, en cuyas manifestaciones se cuentan millones de franceses, mientras los sindicatos continúan convocando más huelgas y manifestaciones. Las protestas son de tal calibre, que han llevado incluso a cancelar la visita a Francia del rey de Inglaterra Carlos III:

Una de las características más importantes de estas movilizaciones son su carácter intergeneracional, de modo que multitud de movimientos estudiantiles y de jóvenes se han unido de forma activa. Esto comentaba una estudiante de 22 años sobre las movilizaciones:

Aquí es donde podemos observar que esto no es una cuestión de edad, esto es lucha de clases, la cual no entiende de generaciones ni de razas; se trata de una clase –la clase trabajadora– organizada y movilizada contra las clase política, que en este caso defiende el interés de la clase capitalista por exprimir a los trabajadores el mayor tiempo posible. Se trata del pueblo francés luchando por sus condiciones de vida. Mientras tanto, en España el inmovilismo es pasmoso a pesar de que, entre otras cosas, la edad de jubilación es de 67 años. ¿Y cómo es que los españoles no salimos a la calle como los franceses si estamos peor que ellos en todos los sentidos? Pues entre otras cosas porque esa edad de jubilación fue firmada por Gobierno, patronal y CCOO-UGT en uno de tantos actos de traición de estos sindicatos amarillos del régimen, que encima tienen la desvergüenza de "apoyar" la huelga. La realidad es que la misión de estos sindicatos del Estado es precisamente la de desmovilizar a la población, la de contener la ira del pueblo ante los ladrones e ineptos que nos roban y arrebatarnos el arma de cambio social que es la lucha de clases. Como indicamos al principio, la reforma de las pensiones es el detonante, pero es absurdo argumentar que esta sea la causa real de las masivas movilizaciones en Francia. La causa real, como ocurría en el 1789, en realidad es la de un sistema injusto que no es que no sea capaz de progresar, sino que involuciona al aumentar la edad de jubilación, cuando lo lógico en un sistema que avanza, que progresa y que aplica la ciencia y la tecnología, sería que la edad de jubilación bajase, así como las horas de trabajo y las demás obligaciones de los seres humanos. Pero esto choca con los intereses del capital, el cual se nutre de nuestro trabajo y del beneficio creciente que nos arrancan con nuestro gradual empobrecimiento, acrecentando la desigualdad social y la miseria. Compañero/a, es tiempo de imponer nuestros intereses de clase. La sociedad es mutable y debe cambiar, nuestras condiciones de vida son mejorables y deben mejorar. Pero nada de esto ocurrirá si nos quedamos inmovilizados, si no nos organizamos y seguimos anclados en el individualismo.

¡FORTALECE LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES, AFÍLIATE A ASC!

¡NO a los abusos laborales!

¡NO a los retrocesos laborales!

¡NO a la represión sindical!

SECCIÓN SINDICAL DE A.S.C. EN AYESA AT